El ingeniero de caminos Ole Thorson es una de las voces expertas invitadas a participar en la preparación del futuro Pla Metropolità de Mobilitat Urbana (PMMU).
Thorson tiene una larga experiencia en el ámbito de la movilidad, tanto desde el sector público como privado, y es un firme defensor de la movilidad de tracción humana.El 53,1% de los desplazamientos en el área metropolitana son en bicicleta y a pie, según el AMB.Hay municipios que pesan mucho en estos datos. Son ciudades como Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat, Badalona y Santa Coloma. Estos municipios, donde vive la mayoría de la población del área metropolitana, han incorporado mejoras en los ejes de peatones.¿Los peatones deben ser la prioridad a la hora de planificar la movilidad de una ciudad?
Por supuesto. Si la mitad de los que se mueven son peatones, primero debemos solucionar sus necesidades. También debemos tener en cuenta a los otros no motorizados, como los ciclistas, pero no deben tener esa prioridad. No podemos olvidar que todos somos peatones en algún momento.
Sí. Un peatón no es el que baja a la farmacia y vuelve a subir. Un peatón puede hacer un kilómetro para hacer unas gestiones o para ir al trabajo. Históricamente se ha reducido el peatón a algo lúdico o sin importancia.¿Por qué?
El ser humano ha estado durante años y años empeñado en demostrar su habilidad con la tecnología, y por eso solo se ha preocupado por cosas técnicas como el automóvil, la moto y la bicicleta. Como si caminar fuera algo exclusivo de niños y abuelos.¿Echaba de menos una visión completa de la movilidad?
Sí. Los técnicos encargados de planificar suelen pensar en un segmento pequeño de la población que usa el coche privado porque es lo que hacen ellos. Por suerte, aunque lentamente, algo está cambiando por las
presiones de las asociaciones de peatones y organismos como la Unión Europea, que exigen unos mínimos de calidad de aire...La preocupación por la calidad del aire, la crisis, hacer salud... ¿Es por todo eso que caminamos más?
Barcelona siempre ha sido un gran exponente en cuanto a movilidad humana. Caminar más debe ser una prioridad porque si la gente se mueve andando, no solo ganan años de vida, sino que también aprietan menos el sistema sanitario. Y si tenemos menos accidentes de tráfico, por ejemplo, podremos tener más recursos para atender otros temas.¿Vamos en la dirección correcta?
Sí, pero será un camino muy largo. En el pasado se han diseñado calles, carreteras, semáforos, señales, lenta en el espacio urbano y la carretera, para personas de entre 25 y 55 años que van en coche y ven todo desde el parabrisas. Esto nos ha dado problemas, como las muertes prematuras por accidente de tráfico.Habla de atropellos.
Sí, unos 12 o 13 muertos al año. Y queda claro que debemos bajar la velocidad. Por eso estamos trabajando para que una parte muy importante de la ciudad tenga una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Primero, porque si hay un atropello, la probabilidad de que el peatón muera baja en picado. Es decir, si a 50 kilómetros por hora, mueren la mitad de los atropellados; a 30 kilómetros, solo el 5%. La diferencia es abismal.Las zonas 30 representan ahora solo el 6,5% de las vías. ¿Es vuestra gran reivindicación?
Sí. En un futuro próximo el 80% acabarán siendo zonas 30. Quizá dentro de 10 años. No podemos poner la velocidad de los vehículos motorizados como único objetivo de la planificación de la movilidad.¿Y los carriles bici?
En las vías 30 pueden convivir perfectamente bicicletas y coches. En las aceras hay árboles, terrazas, motos aparcadas, bancos... No podemos añadir carriles bici y restar todavía más espacio a los peatones.¿Y fuera de las urbes?
Hace años que se habla de que las carreteras sean multiusos. Si no queremos bajar la velocidad de las carreteras para que los peatones y ciclistas sean detectables, tendremos que tener un buen arcén, con espacio suficiente y bien delimitado.
Fuente: El Periódico de Catalunya